Loida: "Entonces, en la fiesta de Navidad sólo se bebe y no se come, ¿no?
Paula: "Esto es Dublín. Aqui la gente no come"
¿Queréis saber qué es lo que pega en las emisoras de radio dubliensas? Pues es el primer single de esta chica llamada Cheryl Cole, que está casada con el defensa del Chelsea Ashley Cole. (Sí, el matrimonio es 'Cole-Cole') y que forma parte del jurado del programa musical inglés de "X Factor", que es como el OT en España pero con mucha más repercusión. (Algún día hablaremos de "X Factor"...)
Después del trabajo, mi santo me invita a tomar un cóctel al Hard Rock Café y adivinad quién asomó la naricilla por allí... ¡Mi tío Javi!
¿Fotos?: Jardines y Mansión de Powerscourt / Yo y mi sopa de cilantro / Catarata de Powerscourt / Casa rosa
Yo ya he empezado a encontrar mis propias gangas en Dublín.
Yo empecé comprando el primer par (primeros zapatos de la izquierda) en la primera tienda que ví. Lo hice en Dunnes Stores, donde aparte de comida tienen ropa y zapatos a precios asequibles. Pues muy contenta estaba yo con ellos hasta que en menos de dos semanas la suela del zapato derecho se hundió a lo Titanic y ya no he conseguido que vuelva a la superficie. Eso pasa por comprar unos zapatos de 15 euros cuyo arreglo seguro que cuesta bastante más...
isita) pise Chinatown. El Chinatown de Dublín está justamente situado en Parnel Street, que es la calle al lado de nuestra casa y que nos comunica con el centro de la ciudad. Pero es una calle de lo más particular, innundada de múltiples negocios orientales, afromericanos (con peluquerías de dudosa calidad), de Europa del Este y un par de pubs irlandeses de lo más escalofriantes. Vamos, bares de mala muerte, como diríamos en España, donde eso sí, la pinta cuesta una media de 2,50 euros, la mitad que en cualquier pub de la ciudad, pero te arriesgar a entrar... y quizá a no salir del antro jamás. Y qué gente más rara camina por la calle. Pero rara de verdad. El otro día había uno que asaltaba a los que paseábamos con un "Sory", Sory" para preguntarles a grito pelao que si tenían hora. Esta mañana había un señor que caminaba hacia atrás, como los cangrejos. Como los árbitros de fútbol. Pero más metros. Como en plan "soy un un irlándes raro y así es como camino. Quitaos de mi camino".
Quién me iba a decir a mí que 30 días después de aterrizar en Dublín mi primer trabajo en este país sería de camarera. Una de mayor no sueña con ser camarero porque es una de esas profesiones en las que uno acaba cayendo sin querer, pero cuando una servidora deja su país para trabajar vestida de pingüino (como es mi caso) se convierte en una opción más que normal y hasta digna. Supongo que a nadie le encanta cargar platos para llevarlos a la mesa o limpiar los restos de comida de las mesas (cómo no va ser mucho mejor sentarse en la mesa, pedir y que te traigan la comida), pero ese es el trabajo de una camare@ y eso es lo que ahora estoy haciendo en una pequeña y cuca crepería del centro de Dublín. En lenguaje taurino: ahora se trata de ver los toros desde la barrera. Después de todo, servir a la gente no está del todo mal, sobre todo cuando al dejar el plato te dicen “thanks a million” o te muestran una sonrisa. Después de todo, quizá en esta vida no todo es ser arquitecto, periodista, director de un banco o policía, que hay otros trabajos que en los nunca habíamos reparado pensar ni por un segundo, pero que puede que por una temporada no estén del todo mal. Por cierto, que ahora el mío está pinchando en la foto de la derecha del siguiente link: http://www.andersons.ie/

¿Foto?: Tomatina Lazarilla