Ámsterdam, al igual que Venecia, goza de multitud de canales (por eso se la denomina la “Venecia del norte”), construidos de forma circular en torno al casco antiguo en el siglo XVII. Y es que el agua la da ese aire romanticón y tranquilo a la ciudad, que hace que sea tan deliciosa. Aunque también contribuyen a la belleza la especial arquitectura de las casas holandesas. En la guía que me llevé había un desplegable de 3 páginas comentando cómo están construidas estas casas junto al río y las diferencias que hay entre ellas. Os aburriría sobremanera si os contara lo que pone en esas páginas, así que mejor os enseño la foto y deciros que cuando las ví tenía la sensación de que dos gigantescas (y ficticias) manos habían estrujado por ambos lados las casas, de tal forma que quedaban así de estrechitas.
¿Fotos?: Un canal / Una calle