A mitad de la semana dedicamos bastante tiempo a la búsqueda de este edificio en la parte más moderna de la ciudad, muy cerquita del Palacio de la Ópera. Se llama Casa Danzante, tiene líneas onduladas y representa a una pareja bailando (o esa es al menos la intención de los arquitectos; uno checo, el otro norteamericano) por lo que popularmente se le conoce también como Ginger y Fred. El edificio es de 1996, totalmente administrativo y es la sede del Nationale Nederlanden. A pesar de ser modernista y erigirse en una zona de la capital también moderna, la inocente casita ha provocado una acalorada discusión acerca de la arquitectura moderna… ¿Qué por qué? Venga, racioncita de historia: cuando la construyeron fue criticada por numerosos protectores de monumentos históricos. Éstos decían que rompía la armonía de la zona. (¿¿Qué rompía la armonía?? ¡¡Por tutatis, están locos estos checos!!) Incluso la propia arquitecta del interior de ese edificio, Eva Jiricná, temía al principio que la casa estropeara el carácter histórico de la ciudad. Y opinaba lo siguiente: “la Casa Danzante me molestaba a principios por su cierta arrogancia. Pero debo decir que me he acostumbrado, porque la casa está situada en el extremo final de la calle, y al descolorarse un poco los materiales, me parece que no estropea la silueta del paseo". Parece ser que las discusiones sobre ese edificio se aplacaron y Fred y Ginger se ha convertido con el tiempo en uno de los destinos preferidos por los turistas. Turistas como mi santo y yo, que allá que fuimos a echar unos bailes con ellos. Y os aseguro que bailaban muy bien y no eran nada arrogantes.
¿Foto?: Con ustedes… Ginger Rogers y Fred Astaire
¿Foto?: Con ustedes… Ginger Rogers y Fred Astaire