viernes, 16 de marzo de 2012

La sopa boba

Siguiendo con el monotema 'comida', hoy hablaré de la crónica de una muerte anunciada. La muerte de una sopa.
Ahí va.

La sopa tendría unas 24 horas de vida más o menos. Vio la luz probalemente a primera hora de la mañana del miércoles en The Rise, el otro restaurante hermano de la Crepería. Ayer jueves era el segundo día que la sopa, por nombre Tomato, Vegetable and Aubergine, era usada en la pequeña cocinita de la crepe. Ya el miércoles un par de clientes se me quejaron por lo salada que estaba la sopa de tomate. Una de las clientas dejó la sopa a medias; otra me pidió cambiar su saladísima sopa de tomate por la otra que había como especial de ese día, una de champiñones. A Richard, el cocinero, le digo que muchos clientes se están quejando de que la sopa está muy salada. El se encoge de hombros y contesta que no le importa. A uno de mis managers, le digo que el miércoles ya se quejó alguno por la sopa y que esa mañana de jueves ya lo habían echo algunos más. A las dos en punto de la tarde, hay una mesa de nueve. Yo tomo la nota. En la orden, algunos sandwiches, un par de quiches y en su mayoría el combo sopa+sandwich o simplemente sopa. A esa hora del día la sopa de champiñones ya se había terminado, así que la única que quedaba àra el resto del día era la (salada) sopa de tomate. Llevo la orden en la cocina. Aoife, la otra cocinera lee la orden y rápidamente va a consultar con la mujer del jefe, Trish, que resulta estaba tomando su 'lunch' en unas de las mesas cerca de la entrada. Un lunch compuesto precisamente por la famosa sopa de tomate y medio sandwich de atú, queso y tomate. Trish le dice a Aoife que efectivamente, ella no puede ni continuar con la sopa porque está demasiado salada. Aoife coge una cucharada, la prueba y dice lo mismo. Mientras Trish coge el móvil y llama por teléfono a The Rise para advertir a los cocineros que se habían pasado con la sal a la hora de condimentarla, Aoife habla con Monika, una de mis asistant manager, para que vaya a la mesa y comente un pequeño problema de última hora con la sopa. Nunca llegué a saber si Monika dijo a los clientes que mejor no la pidieran. En menos de 5 minutos entra por la puerta el kitchen porter (por nombre Stephen) con una gran contenedor lleno de...¡sopa! Una nueva sopa, de puerro y patata, lista para ser calentada y servida. Monika regresa a la mesa de nueve y ofrece la nueva sopa que tenemos. De tres a cuatro personas deciden probarla. Parecen que todos quedan encantados con el sabor. Trish me dice que ella le gustan las sopas saladas, pero que dececta enseguida cuando una sopa se pasa de unos límites y se convierte en incomestible. Alguien de la mesa fecilita a la cocina, por haber preparado una sopa tan deliciosa. Lo que en realidad no saben es que esa misma sopa tan deliciosa ha sido preparada por los mismos cocineros que hicieron la otra. Lo que pasa es que con ésta, alguien tuvo mejor tino con el salero. La famosa sopa de tomate, con algo más de 24 horas, pasa a mejor vida y es desechada por el desagüe de la cocina. Esa fue la muerte de la sopa de Tomato, Vegetable and Aubergine.



1 comentario:

Clark Kent dijo...

A mí, viendo el inmenso vacío que hay en mi nevera, el espacio profundo 9 que hay entre mis estanterías de carne, pescado, verduras y lácteos, me vendría de perlas cualquier sopa, ¡aunque sea una oversalty! (Oye, ¿cómo se dice "muy salada" en inglés?).

Ya veo que Richard sigue dándolo todo en la cocina, jaja! ("I don´t care"). ¿No se puede rebajar la sal de la sopa que calienta con algo que le eche en el momento?