lunes, 30 de noviembre de 2009

Sorpresa, sorpresa: Javi

Después del trabajo, mi santo me invita a tomar un cóctel al Hard Rock Café y adivinad quién asomó la naricilla por allí... ¡Mi tío Javi!

De hecho, se acercó por detrás de mí, me pidió un cigarrillo y yo tan pancha le digo que no, que no tengo y me vuelvo a mis cosas. Tres segundos más tarde para procesar la infomación y darme la vuelta para gritar "¡¡pero qué haces tú aquí!!".

Ay qué sorpresa más maja que tenías planeada con mi santo. Qué escondido todo.

Y qué rica la fuente de brownie, helado y nata que nos zampamos entre los cuatro, tu compi de trabajo Francisco, mi santo, tú y yo.

¡Gente de España, quiero visitas! ¡Y si son sorpresa, mejor que mejor!

PD: El tío y la sobrina

miércoles, 25 de noviembre de 2009

El primer filme: The White Ribbon

En Dublín siempre habrá una primera vez para algo... (¿No es genial?)

Esta vez me ha tocado ir al cine. ¡El cine! ¡Por fin! Cuando creía yo que iba a ser misión imposible enterarme de alguna película en inglés, mi santo y descubrimos el Irish Institute Film, que es como en Madrid ir al Cine Doré, donde subtitulan las películas de países extranjeros. Y donde, al igual que en Madrid, va gente que viste con vaqueros pitillo, converse y gafas de pasta. Que Dios bendiga al IFI que nos ha regalado esta semana algunas películas alemanas, francesas e italianas. Hoy, (bueno, ya por ayer) que tuve el día libre mi inseparable santo y yo hemos ido a ver la alemana The White Ribbon (en español La Cinta Blanca), ganadora de la Palma de Oro del último Festival de Cannes, 144 minutos de drama en blanco y negro y calificada como obra maestra.

De The White Ribbon creo verdaderamente que es una obra maestra: visual, de diálogos, de interpretaciones estupendas de niños de apenas cuatro años. De casi todo. Hasta obra maestra de película 'super larga-nada pesada'. Pero, al igual que me pasa con muchas películas, necesito verla de nuevo para enterarme bien de la trama. Aunque me temo que es una de esas donde no se cuentan todas las cosas, que tú las tienes que unir en tu mente de camino a casa. Y esperar que haya suerte.

Volveré a pedir ayuda a mi tío Javi, amante de este tipo de cine que sacude el alma, para juntos volver a comentar qué nos querían decir en "The White Ribbon". Porque aquí mi santo anda tan pez como yo.

PD: A los que le gusten de verdad el cine (sobre todo el de comentar de camino a casa), ir a verla el próximo mes de enero.

¿Foto?: El cartel alemán

martes, 17 de noviembre de 2009

Carta (pedigüeña) a mi madre

Querida mamá:

Como hija amorosa y buena que siempre he sido, a mi vuelta a casa por Navidad, como bien predica 'El Almendro', te pido humildemente que llenes mi estómago con algo que no sea puré de patata, mantequilla o crêpes, de las que ya empiezo a estar hasta el moño. Mi santo hace algún que otro plato (pero aún no es Gordon Ramsay). Si pinchas aquí puedes ver sus recetillas.

He aquí mi lista (breve) de platos que podrías hacerme por Navidad:

-Croquetas. Ya sé que se tardan 2-3 días en hacer, pero del 24 de diciembre al 4 de enero hay tiempo. Yo te ayudo con la masa.
-Lentejas. (Con chorizo, por favor).
-Pescado. Mucho. Toneladas. Frito, en salsa o hervido. As you want. Aquí el único pescado que se come es el salmón (puaj) y sale por un ojo de la cara.
-Cocido/Arroz con pollo. Un sábado un plato; otro sábado el otro.
-Puré de calabaza. Teniendo en cuenta que las únicas calabazas que he visto en esta ciudad ya las han tirado a la basura después de Halloween, me encantaría probar una vez más mi puré favorito.

Con cariño,
Tu hija mediana (la fresca)
¿Foto?: La tortilla (casi perfecta) made by Juanillo

sábado, 14 de noviembre de 2009

Un país en la mochila (II): Powerscourt

Ir a Powerscourt nos tomó su tiempo. Primero tuvimos que ir hasta la estación de Cercanías (aquí llamado Dart) de Dumcondra, coger el tren que nos llevaría a Bray, uno de esos pueblos costeros que siempre te vienen en las guías como visita obligada. Después de unos 40-45 minutos hasta Bray, donde nada más que tomamos un café rápido, pillamos otro autobús que nos llevaría en 15 minutos al pueblo Enniskerry, donde se encuentra el famoso Powerscourt de la guía de Irlanda. ¿Que qué es Powerscourt? Es como El Palacio de El Escorial en Madrid. Una mansión- palacio del siglo XVIII, (al que hay que confesar que no visita mucha gente) rodeada de inmensos jardines y que ha ido aumentando de extensión gracias a la contrucción de un hotel de 5 estrellas y campos de golf. La mansión es propiedad de la familia alemana Slazenger, que por el módico precio de 6 euros deja entrar al visitante pasear por sus jardines, uno de los más importantes de toda Irlanda. Los jardines son tremendamente bonitos e impactantes, especialmente cuando toca un día soleado como el que tuvimos, y están divididos en varios subjardines o partes. En una hora aproximadamente los recorres por completo, tiempo perfecto para no terminar agotad@. La parte nombrada como "Japanese Garderns" sin duda es de la más bonitas, porque realmente parece que estás paseando por un jardín japonés en toda regla. También la gran escalinata de piedra, que baja hasta el lago Tritón es muy bonita, teniendo la sensación de que por la escalera van a bajar en cualquier momento Emma Thompson y Antony Hopkhins e invitarte a un té con pastas.
Para reponer fuerzas (más bien calentar el cuerpo de los 5 grados que teníamos), qué mejor que tomar una de las famosas sopas irlandesas (cuando digo sopa quiero decir puré) a base de carrot, coconut and coriender. O sea, zanahoria, coco y cilantro, que si no fuera porque éste último es un ingrediente básico en Irlanda, me suena a veneno en toda regla... La foto muestra mi momento sopero de la una de la tarde al sol mientras comíamos en la terraza de los jardines.

Y para rematar la excursión en Powercourt, la caminata de una hora aproximada, (sí, en el coche de San Fernando) hasta la maravillosa waterfall, (o sea, catarata: agua-pared, los ingleses no se rompen la cabeza para hacer palabras) de Powerscourt. Según las guías de Irlanda, la más grande de todo Reino Unido. Y seguro que la más cara, que también nos cobraron 4,50 euros por verla. ¿Que si merecieron la pena los 16 kilómetros entre ida y vuelta para ver durante 20 minutos cómo el agua golpea la pared de rocas y musgo? Por supuesto que sí. Fue un ratito muy bonito, con la fuerza con la que cae el agua que te tiene como hipnotizada. La parte mala del asunto fue al día siguiente, cuando mi santo y yo casi no nos podemos levantar de la cama: que si me duele el culo, a mi la rodilla, que no siento ni los juanetes... Ya es que no tenemos el cuerpo para esos trotes.

Para ilustrar la crónica, dejo algunas que se aproximan a lo que mi ojo pudo contemplar aquel día en Powerscourt... Hasta la casa de color rosa que hay en Enniskerry, que es real, no de photoshop. Lo juro.

¿Fotos?: Jardines y Mansión de Powerscourt / Yo y mi sopa de cilantro / Catarata de Powerscourt / Casa rosa

jueves, 12 de noviembre de 2009

Las gangas dublinesas

Yo ya he empezado a encontrar mis propias gangas en Dublín.

La primera ganga la descubrí en la librería Chapters, la más grande que he visto en la vida, con cientos y cientos de libros de todo y con una jugosa sección con libros por 1 y 2 euros la mar de interesantes. Y allí, escondido a la vista de todo quisqui, el libro (en inglés, claro) de la primera temporada de Desperate Housewives. Hasta te viene el guión del episodio piloto. Una joyita por un 1 euro.

La segunda ganga la he comprado (con el beneplácito de mi santo) en la tienda preferida de uno que yo me sé, llena de cómics, revistas y merchandasing de películas y series. Allí, en una estantería donde pone sale estaba el juego de mesa de Piratas del Caribe por 2,50 euros. Y nos los hemos traído a casa. Mañana me ha dicho mi santo que se pondrá a leer las intrucciones en inglés a ver si nos enteramos de algo.

¿A que molan mis gangas?

¿Foto?: Mis autorregalitos

sábado, 7 de noviembre de 2009

Los (malditos) zapatos negros

¿Se pueden comprar tres pares de zapatos negros en menos de un mes? La respuesta es sí. Y la culpa la tiene Anderson Creperiê que me exige llevar zapatos negros para ir a trabajar...
Yo empecé comprando el primer par (primeros zapatos de la izquierda) en la primera tienda que ví. Lo hice en Dunnes Stores, donde aparte de comida tienen ropa y zapatos a precios asequibles. Pues muy contenta estaba yo con ellos hasta que en menos de dos semanas la suela del zapato derecho se hundió a lo Titanic y ya no he conseguido que vuelva a la superficie. Eso pasa por comprar unos zapatos de 15 euros cuyo arreglo seguro que cuesta bastante más...

En segundo par de zapatos lo adquirí en Penney's, (los zapatos que aparecen en medio) los grandes almacenes más baratos de la ciudad, y mierda, otra vez me sedujo el reducido precio y ese brillo tan elegante que tenían. Pero, que no os engañen lo bonito que parecen, que son más incómodos que pisar una cama de clavos. Ya están guardados en un cajón, listos para coger polvo y telarañas. Si a alguien le gusta, se los regalo. Son todo vuestros.

El tercer (y espero que definitivo) par de zapatos negros (los zapatos de la derecha) los compré antes de ayer en (sí, otra vez caí en el ahorro) en una tienda muy muy barata por el módico precio de 14, 99 euros y aunque puedan parecer los más feos del mundo... son súper cómodos. Y eso es lo más importante cuando una se va a pasar entre 7 y 8 horas diarias trabajando de pie.

Odio estar de pie y odio los zapatos negros.

¿Foto?: Trilogía zapatil

jueves, 5 de noviembre de 2009

Grandes frases de Dublín (y II)

"¿Pero el sirope qué es, de Arce o de Alce?", nos preguntábamos esta mañana santo y santa dando un paseo matutino.

Ya se nos ha olvidado hasta el castellano...