martes, 4 de septiembre de 2007

... Y un funeral

Agustina, te fuiste el 19 de agosto. Estabas a punto de cumplir los 84 años, ¿verdad? Pero el cáncer no te permitió llegar a los 100. Eras como una abuela entrañable para mí y para todos los que te conocíamos... Y yo mira que te conozco desde que nací porque tú estabas en la iglesia desde siempre. Y siempre te recuerdo activa a pesar de tus achaques y de tu salud, a veces mejor, a veces peor. Has tenido un montón de hijos, 9 ó 10 me dice mi madre, qué barbaridad. ¿Y tú solita los criaste? Eso es ser madre coraje, Agus, sobre todo por la carencia de tantas necesidades primarias como has debido de pasar en esa España de antes tan pobre. Hablando de hijos, también dijiste que tuviste uno antes de casarte. Vaya con Agustina, eras una adelantada a tu tiempo. Me alegra que fueras diferente y que no siguieras las mismas costumbres que solían hacer todos en tu época. Eso es tener mucha personalidad, ¿sabías? Y has visto mucho mundo porque has viajado a muchas partes del mundo, especialmente a Canadá porque allí vivía una de tus hijas. Y qué risa, siempre me acordaré de lo que contaste una vez cuando comiste un jueves conmigo, que una vez fuiste con tu hija a un playa en Canadá que era nudista, tu hija iba desnuda, como todos allí, pero tú te pusiste como una batita y te reías de los tíos que pasaban montados en la bici y que les iba colgando y bailando del sillín ya sabes qué. Jo, qué gracia, lo que me pude reír ese día. Si es que eras muy graciosa, yo diría que muy irónica, pero lo mejor es que eras buena persona. Yo te veía siempre haciendo punto, jerseys, calcetines, mantelitos... pero para regalar a la gente, ¿verdad? Ayudabas a repartir comida y ropa todos los jueves en la iglesia. Y te disfrazabas en Navidad de Papá Noel para repartir regalos a los niños, qué salada. Y también has ido durante algún tiempo a un comedor de esos de beneficencia a echar una manita con la gente necesitada. Gracias Agus, por ser tan moderna, tan graciosa y tan buena persona. Todos los recuerdos que tengo de ti son buenos. Y merecías aparecer en mi blog. Espero que algún día podamos vernos de nuevo. No te digo adiós Agustina, prefiero decirte hasta luego.


¿Foto?: Agustina en la sala de café de la iglesia, la primera por la derecha.

1 comentario:

Clark Kent dijo...

Qué mujer Agustina. Parece muy entrañable. Me he reído con lo de la playa nudista. Me alegro de que rieras junto a ella. Y parece que Agustina fue una mujer de mucho reír.
Me gusta mucho tu blog, Loida Lázaro.