miércoles, 12 de septiembre de 2007

El hombre que no tiene peines en casa

Hace una semana un hombre vestido de riguroso negro y pelo a lo matojo de bosque de Guadarrama recogía un premio en Venecia. Hablamos naturalmente de Tim Burton, al que han premiado con un león de oro por toda su carrera cinematográfica en la pasada Mostra del Festival de Cine de Venecia. La número 64. El premio fue entregado a Burton por mi adorado (y su adorado) Johnny Depp y haciendo gala de su ironía afirmó que considera la estatuilla mucho más hermosa que un hombre desnudo. Hombre Tim, si el tío desnudo está buenorro, yo me quedo con el tío desnudo, las cosas como son... ¡¡¡Bueno, que nos desviamos del asunto!!! Hoy no vamos a hablar de sus películas... ni de hombres desnudos. En otra faceta menos conocida, Tim Burton también ha mostrado su universo fantástico (y tétrico) en un pequeño libro de poemas titulado “La melancólica muerte de Chico Ostra”. Como bien dice su nombre es bastante melancólico... y como bien dice su nombre también, se nos narra principalmente la historia de Chico Ostra, un chico diferente cuyos padres se declaran amor en la playa. El Chico Ostra huele a pescado, el pobrecillo sufre el rechazo de los chicos del barrio y finalmente es devorado por su padre. Y fin. Tim Burton en estado puro. Veintitrés poemas en los que se presenta una galería de niños solitarios, extraños y diferentes, como lo son por otro lado los personajes de sus películas. Un librito melancólico, si, pero también tiene grandes toques de humor, de sarcasmo y algo que sabe reflejar muy bien este hombre de pelo inclasificable: ternura. Para los que les ha picado el gusanillo, el libro está editado por Anagrama, en edición bilingüe y de bolsillo, muy baratito. Ah, y está ilustrado con muñequitos horrendos a la vez que adorables dibujados por él mismo. Como muestra, un breve poemilla que aparece en el libro:

Palillo y Cerilla enamorados

Palillo quería a Cerilla con un amor muy vehemente.
Amaba su delgadez que veía muy ardiente.
Entre palillo y cerilla ¿puede arder una pasión?
Así fue. Y en un segundo ella lo volvió carbón.


¿Foto?: Eduardo Manostijeras retocando mis plantas

8 comentarios:

Clark Kent dijo...

Grandísimo post, poema y foto. You are a writer.

Anónimo dijo...

Tres hurras por Tim: ¡Hip, hip, hurra! ¡Hip, hip, hurra! ¡Hip, hip, hurra! ¡Hip, hip, hurraaa!

Anónimo dijo...

Me he emocionado y han sido cuatro...jejeje

marta en parís dijo...

Tim es un personaje curioso. Es capaz de inventar un mundo fantástico que gusta tanto a niños como a mayores. El libro es una maravilla. Mi favorito es Brie Boy, es niño que tiene un queso por cara, si no recuerdo mal...

Clark Kent dijo...

Big Fish. Escena de las palomitas suspendidas en el aire mientras Edward Norton las aparta y avanza hacia la chica. BEST SCENE EVER. Éste señor, que no es mi dire favorito, ha creado mi escena de cine favorita.

Maximus dijo...

Tim Burton es casi tan grande como su testimonio de la hora chanante. Larga vida a este tipo por siempre jamás. Y a sus detractores les reto a superar en belleza esa obra maestra de nuestro tiempo titulada "Eduardo Manostijeras". Chico Ostra, Pesadilla antes de Navidad, sus cortos, Big Fish y todo lo demás está muy bien, pero... ¿hay un cuento más hermoso que el de la abuela contando el cuento de la nieve?

Clark Kent dijo...

¡Ewan McGregor, no Edward Norton! Mi memoria comienza a mostrar los estragos de los madrugones. Y Maximus tiene toda la razón, Eduardo es bellísima.

Aire Fresquito dijo...

Tú que si sabes Maximus, Eduardo Manostijeras es la mejor película de la historia, la más bonita. Haces honor a tu nombre...