lunes, 12 de noviembre de 2007

De panes y niños y modernidades

Dicen que los niños nacen con un pan bajo el brazo. Eso está bien, porque han subido las cebollas y el pan no te quiero decir nada, pasado mañana tenemos que comer el salami a palo seco. Así que si vienen con una baguette calentita bajo el sobaco algo nos ahorraremos, digo yo. Pero el caso es que no os quiero hablar de panes, sino de los bebés que sujetan esos panes. Iba yo el otro día en el autobús camino de casa cuando me pongo a oír la conversación de dos señoras que estaban sentadas delante mía. Una de ellas le enseñaba la foto de su nieta recién nacida y la otra le decía que qué bonita, que era preciosa. Voy y me asomo un poco y… no señora, la niña no es bonita, es fea y con alevosía. Y no, no soy bruta, no, no, soy sincera, porque las cosas como son: el 97% de los recién nacidos son feos y no hay más discusión. Un recién nacido está morado, en el mejor de los casos colorao como un pimiento y tiene unas cacho ojeras a lo Peter Lorre. Y algunos tienen mucho pelo, demasiado y muy negro, y los ojos… ¿habéis visto cómo son los ojos? ¡Que dan miedo! Así tan azules, como de androide… ¡Cómo van a ser bonitos si acaban de salir de un sitio donde estaban tan agustito, calentitos y buceando todo el día! Pues es normal que tengan esa cara porque están cabreados con el mundo (y eso que no saben qué significa mundo) y salen enfuruñados y arrugados. Luego ya se pondrán guapos o no, dependiendo de la suerte y la genética de los progenitores. Pero eso va sucediendo con el paso de los meses, señora del autobús. Que se lo digan a George Clooney que era un bebé que daba miedito (que ví su foto el otro día en una revista)… pasaron los meses y los años, y se mejoró la cosa, ¿no? Yo nací un poco feucha y pelona, lo reconozco, es bueno reconocerlo, todos deberíamos hacerlo, todos los habitantes del mundo, desde Noruega hasta Filipinas pasando por Móstoles… Y si alguna vez yo tengo un crío, mi crío será precioso y el más bonito del mundo… pero cuando tenga unos cuantos días… antes será bien feo, ya me he hecho a la idea. Porque dicho sea de paso, mejor que uno nazca feo y luego se ponga guapo… a que nazca guapo y se ponga luego feo. Lo que le pasa a los de Pereza, que ahora son feos y se ponen más feos de lo que son. ¿Por qué ese corte de pelo a lo Krusty de los Simpson? ¿Por qué esas gafas de sol cuando no hace sol y de tres tallas más grande que el tamaño de la cabeza? ¿Alguien encuentra alguna explicación a eso? ¡¡Ya que eres feo, no te pongas más feo aún, tío!! ¡Que no te enteras, Lois, que es que ellos van de modernos…! Pues qué modernidad más fea, como diría mi madre.

¿Foto?: Martita, que tuvo la suerte de estar en el 3% de bebés guapos

14 comentarios:

Anónimo dijo...

Qué excelente mofleteado.
Casi me convences con tu argumentación... Yo creo que los bebés son o muy guapos o muy feos. Y los que son feos hay que decirlo: BEBÉ, ERES FEO. Como la obra Bebé, fea como ella sola.
-CK

Anónimo dijo...

jajajajaja, me parto.
Es cierto, los recién nacidos son feos, pero cuando nos toca cerca les cogemos cariño y nos parecen lo más bonito del mundo.

Pero Lois, discrepo en una cosa, tu no has sido feúcha nunca, a las fotos me remito… no he visto bebé más adorable jamás.

Anónimo dijo...

Sólo os digo una cosa... mirad cómo se han representado a los bebés en la historia de de pintura y veréis bebés feos de verdad. Sólo hubo un pintor entre los clásicos que supo ver en esos pequeños seres querubines hermosos: Murillo. Pero hasta llegar a él fijáos un poco y si no la palmaís del susto veréis que se representaban como hombres pequeños, porque su concepción era esa, que eran hombres en potencia. De hecho fue durante el medievo cuando comenzó a comprenderse cómo se gestaban los bebés en el vientre materno, antes era una especie de "secreto" que la mujer no quería/podía desvelar. Os recomiendo un reportaje del muy interesante en el que cuentan éstas y otras anécodtas médicas. Deuuuu.
PD. Por feo que sea mi baby como te metas con él, te curro, Lois.

Anónimo dijo...

Sólo os digo una cosa... mirad cómo se han representado a los bebés en la historia de de pintura y veréis bebés feos de verdad. Sólo hubo un pintor entre los clásicos que supo ver en esos pequeños seres querubines hermosos: Murillo. Pero hasta llegar a él fijáos un poco y si no la palmaís del susto veréis que se representaban como hombres pequeños, porque su concepción era esa, que eran hombres en potencia. De hecho fue durante el medievo cuando comenzó a comprenderse cómo se gestaban los bebés en el vientre materno, antes era una especie de "secreto" que la mujer no quería/podía desvelar. Os recomiendo un reportaje del muy interesante en el que cuentan éstas y otras anécodtas médicas. Deuuuu.
PD. Por feo que sea mi baby como te metas con él, te curro, Lois.

Aire Fresquito dijo...

Muy interesante la lección de pintura, eso de que representaban al niño como un hombre en miniatura, qué miedito... Serían un poco como Galindo de Crónicas, no?

Murillo muy majo, pero al final hizo trampa, eh? pintando a los bebés tan monos...

Uy, Lolita, tu baby será feucho pero adorable como todos... Y seguro que se pone guapo con los días, más sabiendo cómo es de guapa la madre ;-)

quefuerteturollo... dijo...

fresquito...la belleza está en el interior....recuérdalo...eso decía "la bella" y ahí se quedó con la bestia que se hizo príncipe, aunque la muy jodía sabía el final del cuento, por eso lo decía...

Anónimo dijo...

Eso, eso, mira la bestia que tiazo llevaba dentro. A mi me pasa igual, la pinta de Shrek es circunstancial, estoy a ver si Juan me desencanta y sale de mi interior una tiaza... jajajajaja.
Os reto... si pudiérais "pelaros" ¿a quién os gustaría llevar dentro en plan huevo kinder?

AccentLess dijo...

Y el que es feo de bebe, y se "enfea" mas a medida que crece?!?

Hay solucion no quirurgica para mi... err... para el?

Aire Fresquito dijo...

El cuento de la Bella y la Bestia no lo entiendo bien, porque vamos a ver, si resulta que la bella se enamoró de la bestia tal como era, debería haberse horrorizado al verle tan buenorro, no? Vamos, una falta la tía...

Lolita, yo es que estoy muy contenta con mi belleza interior que casi casi se iguala con la exterior ;-) pero si tuviera un huevo kinder interno no estaría mal que tuviera la imagen de una Natalie Portman o una Winona Ryder.

Sophie dijo...

vaya q si son feuchos!
como la hija de mi vecina, q nada mas nacer era el bebé mas feo q habia visto in my life,mas arrugado q una pasa... pero bueno,ahora han pasado unos meses y paece q la cosa ha mejorado.. y mucho!
pero claro, es q mi vecina es mu maja,y no le iba a decir yo q su niñita era un cayo malayo..asi q hice buen uso de la diplomacia y le dije q estaba pa comersela (y cagarla de ipsofacto,of course, pero esto me lo ahorré)

;)

Anónimo dijo...

Los bebés deben saber a chocolate. A chocolate blanco.
-CK

Anónimo dijo...

Para nada! saben a talco y a Nenuco. Y son muy suaves. Mi sobrino cuando nació era lo más suave que había tocado en mi vida. Aún no he encontrado nada más suave. Y lo qeu más mola es la sensacionaaaaca de tenerlos en brazos cuando están recién nacidos, que parece que se van a romper. Cuando son tan pequeños los abarcas enseguida pero luego se lían a crecer y la cosa se complica.
Cómo molan los bebés, feos o bonitos, arrugaditos o estiradetes da gusto achuchar a uno y hacerle carantoñas. Porque mira que les hacemos tonterías.
De mi huevo kinder saldría Batman.

Anónimo dijo...

Bueno, bueno Lolita, te está saliendo la vena maternal... ya sabemos que con tu sobri siempre se te cae la baba, pero tu por si acaso ten cuidado a ver que le pides a los reyes… que ya me veo de friki tito…

Rfa. dijo...

Los bebés pueden ser feos, pero apelan a la ñoñería y con eso desarman al más insensible. Yo, cuando me topo con uno, suelo sentirme más tentado de morder su piececito que de ensalzar su belleza.
Eso sí, la teoría de que los bebés feos acaban siendo hombres guapos es un error. La belleza fluctúa en ciclos de quince años, aproximadamente. O sea, que un bebé feo será guapo sólo cuando cumpla los quince y mantendrá su belleza hasta los treinta. El bebé guapo, sin embargo, triunfará sexualmente en el colegio, fracasará en la universidad y, finalmente, volverá a las andadas cuando lleve varios años trabajando. Es un misterio, pero estoy convencido de que funciona así.