lunes, 5 de noviembre de 2007

Carmiña Burana

Érase una vez que se era, allá por el año 1230 D.C., unos monjes alemanes... que eran muy alemanes y poco monjes, porque eso de ser religiosos no lo llevaban del todo bien. Resulta que no estaban de acuerdo con las doctrinas de la iglesia católica y les gustaba más el vino y las mujeres más que a mí el chocolate negro. Y eso ya es mucho gustar. Así que pusieron a funcionar sus cabecitas y en lugar de escribir misas, prefirieron escribir una colección de poemas con mucha rima en los que criticaban satíricamente a la sociedad de la época, la medieval, tan oscura y rígida, con menciones especiales al clero y a aquellos que ostentaban el poder en la corona. Ahí no queda la cosa, al margen de sus críticas, estos cantos elogiaban al amor, los juegos amorosos y al vino. ¿Sorprendente no? Se sabe poco de esos monjes, pero suponemos que tendrían “su obra” en lugar seguro, fuera del alcance de la alta curia. Hasta que en 1803 se encontró por casualidad el susodicho códice, bien escondidito en el interior de una pequeña abadía de Baviera. Y no sería hasta 1937 cuando un músico alemán llamado Carl Off seleccionó algunos textos escritos por estos monjes y les puso música. Así nace la cantata Carmina Burana. Cantata con orquesta, coro y tres solitas. Y aquí es donde entra en el cuento una servidora, que actualmente prepara el Carmina (Carmiña para los amigos) para el 2 de diciembre en el Teatro Adolfo Marsillach de San Sebastián de los Reyes. Sí, amigos, canto en un coro como soprano, visto con falda negra larga y blusa rosa-roja-fucsia de nonagenaria, pero me hace ilusión hacer extensible la invitación a mis lectores (ayss, ya verás como alguno se apunte a venir de verdad, qué vergüen... bueno, aún puede que queden entradas. Pinchad en http://www.caixacatalunya.es/ y se pillan a través del link “tele entrada”). Ya tengo fans apuntados, que a ver si me entienden cuando les cante en latín, en un dialecto del germano antiguo y en francés antiguo. Espero que si y que me aplaudáis mucho. Como ejemplo del Carmina, la ironía de estos monjes al escribir sobre un cisne a punto de ser asado. He aquí la traducción...

En otro tiempo yo vivía en el lago, en otro tiempo yo era hermoso, cuando yo era un cisne.

¡Desdichado de mí! ¡Ahora negro y churrascado!

El asador da vueltas y vueltas, mi pira funeraria vorazmente me asa;ya se acerca a mí el sirviente.

¡Desdichado de mí! ¡Ahora negro y churrascado!

Ahora me encuentro en una bandeja y no puedo volar lejos, veo dientes impacientes.
¡Desdichado de mí! ¡Ahora negro y churrascado!


¿Foto?: Mi libreto de canto del Carmina Burana

12 comentarios:

Anónimo dijo...

Lois, eres como el libro gordo de Petete.
Yo como ya tengo la entrada, prometo aplaudir y vitorearte hasta dejarme la voz si hace falta.

Maximus dijo...

Que bueno... no tenia ni idea de la historia de Carmina Burana. Ahora me gusta mas. Mucha suerte en diciembre, espero que sea un exito.

Anónimo dijo...

El cisne ese... a la cazuela!! Me gusta la historia del Carmina, aunque está claro que los monjes no tenían más amor al vino que tú al chocolate negro... hay cosas que, simplemente, no pueden ser. Tú lo sabes, yo lo sé. Los productores de chocolate del mundo lo saben.

You´re gonna do great, that´s for sure ;-) (Quería decir que lo vas a bordar, pero no sé si hay traducción inglesa para eso). You are gonna bording it ;-)
-CK

Aire Fresquito dijo...

¿Alguien sabe qué es Petete? ¿Un cosa? ¿Una persona? ¿Le gustaba el chocolate negro? ;-) Sí, al final siempre acabo contándoos historietas... es lo que tiene amar las historias y los personajes que pasan por ellas.

Anónimo dijo...

Yo me lo perderé, pero brindaré con un jabón en la mano por todos vosotros... por cierto, ya estoy maquinando cosas para la Nochevieja, os llegó el mail???

Anónimo dijo...

Espero Lois, que no estés diciendo que no sabes quien es Petete… El libro gordo de Petete!! Es que no has tenido infancia?? Petete y su libro gordo son el sumun de la sabiduría infantil!! Y por cierto, es un pingüino (vivan los pingüinos! …y las lagartijas!)

Sabes, creo que le dedicaré un post, como uno de los grandes pingüinos de la historia que ha sido…
Un enlace para los jovenzuelos que no conozcan a Petete: http://www.youtube.com/watch?v=ioQcOdABcWM

Lolita haciendo planes… eso si que da miedito y no Clark cantando…
A mi si me llegó el mail y sabes que me apunto a lo que haga falta.

El libro gordo te enseña,
el libro gordo entretiene,
y yo te digo contento,
hasta la clase que viene.

Aire Fresquito dijo...

¿Petete un pingüino? La primera vez que lo oigo... En fin, que lo estábais pidiendo a gritos: otro fragmento del Carmina. Éste lo interpretan los chicos, en latín y en castellano dice algo así como:

Una vez, por el tabernero los hombres libres beben ansiosamente; dos veces, beben por los cautivos; luego, tres veces por la vida; cuatro, por todos los cristianos; cinco veces, por los mártires; seis, por los hermanos enfermos; siete, por los soldados en guerra.

Ocho veces, por los hermanos errantes; nueve, por los monjes disgregados; diez veces, por los navegantes; once, por los desavenidos; doce veces, por los penitentes; trece veces, por los viajeros; tanto por el Papa como por el rey todos beben sin límite.

La señora bebe, el señor bebe, el soldado bebe, el clérigo bebe, el hombre bebe, la mujer bebe, el esclavo bebe, la esclava bebe, el hombre activo bebe, el indolente bebe, el hombre blanco bebe, el negro bebe, el perseverante bebe, el vago bebe, el ignorante bebe, el sabio bebe. El hombre pobre bebe y el invalido bebe, el desterrado bebe, y el desconocido bebe, el muchacho bebe, el anciano bebe, el presidente bebe, el decano bebe, la hermana bebe, el hermano bebe, el viejo bebe, la madre bebe, ésta bebe, áquel bebe, centenares beben, miles beben. Seiscientas monedas son muy pocas para que alcancen, cuando desenfrenándose incesantes, todos están bebiendo. Déjenlos beber cuanto quieran, la gente los inoportuna tanto a pesar de ser tan pobres.

Anónimo dijo...

Desde luego Lois… no saber quien es Petete… ¿Qué clase de cruel infancia has tenido? Pregúntale a Els por Petete, ella seguro que lo recuerda. Me has hecho sentir muy mayor, y no lo soy tanto.

Ese fragmento de “Carmiña” lo ha escrito unos monjes alemanes un poco alcohólicos o Aznar y Rajoy… Viva el vino!

Clark Kent dijo...

Pero viva la moderación, por favor.

AccentLess dijo...

Mujeres? vino?... ahora lamento infinitamente perdermelo... lo mas que puedo hacer es desearte mucha suerte, y pedir mas textos de esos curas cachondos.

Aire Fresquito dijo...

¿Habés visto qué bien se lo pasaban los monjes? Desde luego no tenían pelos en la lengua, se metían con todo quisqui.

A ver si así de bien nos lo pasamos cantando la obra... y cuando tenga un hogar os hago unos coctelillos bien majos a la salud de estos monjes alemanes... Pero todo con moderación, eh?

Anónimo dijo...

¡Qué sorpresas se lleva una navegando por Internet...! Google y la casualidad te llevan inesperadamente a un blog de cuya existencia ni siquiera habías oído hablar. Empiezas a echarle el ojo y, de pronto, te das cuenta de que quien lo escribe es alguien conocido... Esa foto del libreto... esa portada y ese canutillo rojo... ¿De qué me suenan?

A paseo se va mi interés por la historia de “Carmina Burana”. Bien pensado ya he leído un montón de artículos sobre su origen, y lo que ahora me puede es la curiosidad... ¡Pistas, pistas, necesito algunas pistas! ¿Quién será Aire Fresquito?. El cerco se estrecha: la blusa de nonagenaria reduce los candidatos a la mitad. Y con el dato de “soprano” nos quedamos con la cuarta parte de la Coral. Ay, ay, ay, que ya me voy acercando...

Leer todas las entradas del blog me llevará demasiado tiempo... ¡Yo necesito saberlo ya! Voy a echar un vistazo a las fotos, a ver si en alguna encuentro una cara conocida. Y voy de una a otra. Mmm... muy bonito Praga... más bonito el Kyle... ¡Nada, que seguimos con la duda!... un osito de peluche... una florecita... que ya vamos por las entradas de junio (mala pinta tienen mis pesquisas)... y de repente, ya a punto de claudicar y de salir de la página, reconozco una sudadera roja atada a la cintura... ¡Anda, mira, como la mía!... Es entonces cuando mis ojillos atónitos siguen subiendo hasta toparse con un casco y un gorrito de papel que para sí quisieran los grandes estilistas. Dios Santo, me temo que ahora sí he encontrado una cara conocida ¡Y bien conocida! Ay, la pena negra... Tantos años guardando la compostura para acabar pululando por la red pidiendo boquerones en vinagre dentro de una jaula. Glub. Esto es el fin.