miércoles, 6 de julio de 2011

El paquete (con perdón) de mi novio

Qué loca me ha tenido mi novio con su paquete. El paquete postal, no el otro, que ya os estáis sonriendo...
Primero, perdí la nota de entrega para ir a recogerlo en la correspondiente oficina postal. Segundo, fui a la oficina que creía tener más cercana con el número de referencia del paquete y resultó que allí no estaba, que estaba en otra oficina situada en mi distrito (Dublín 3, no en Dublín 1 como me correspondía en mi anterior domicilio) en una calle llamada Lomand Avenue. Tercero, voy a la oficina de turismo del centro de la ciudad para intentar localizar dónde queda la calle a la que tengo que ir y resulta que me dicen que esa calle no existe. Cuarto, me abstengo de coger por los pelos al imcompetente señor de correos que me ha escrito de puño y letra una calle inexistente y voy a la oficina central de la ciudad a que me digan de una vez donde tienen el paquete. Quinto, por fin un señor me aclara que la calle no era Lomand, era Lomond y que mi paquete está en una especia de oficina-almacén que es la que surte a todas las de Dublín. Sexto, mi compañera de piso me enseña en Google Maps el itinerario a pie desde casa hasta el almacén de correos de Lomond Avenue. Séptimo, el mapa dibujado a mano es tan lioso que nadie por la calle sabe dónde está esa calle ni esa oficina de correos. Octavo, una chica irlandesa se me convierte en mi ángel de la guarda y me acompaña hasta la misma calle Lomond. Ver para creer. No salgo de mi asombro que dedique media hora a acompañar una desconocida hasta el mismo lugar de destino. Noveno, quería invitarla a tomar un café por tomarse tantas molestias pero huye antes de tiempo. Décimo, por fin tengo entre mis manos el paquete.
- Dos revistas Cuore
- 3 DVD con un par de series y otro par de películas.
- La nutella "ecológica" (en cristiano, crema de algarroba) que los bastardos del aeropuerto de Barajas me tiraron en el último control de maletas de vuelta a Dublín.
No me digáis que toda la odisea que he pasado no ha merecido la pena. Por algo se le conoce como el santo, ¿no?

2 comentarios:

Clark Kent dijo...

Así todo extendido como que luce más, jeje...

Administra la algarroba con sabiduría. Te he mandado un reto, más que un dulce. Yo caí en su trampa. ¿Podrás esquivarla tú?

Toma muchos besos, bonita ;-)

Aire Fresquito dijo...

Soy amante de los retos, you know ;)

Conociéndome como me conoces (y como me conozco) la algarroba puede durarme hasta la misa de gallo del 2011.