jueves, 8 de noviembre de 2012

Mi vida sin tí (Dublín)

La vida sin Dublín se me está haciendo rara. Muy rara
He nacido y vivido en Madrid durante 29 años. Sólo he pasado 3 años en Dublín. Ahora, a mis 32 regreso de nuevo a mi país de origen, aunque todavía, sin haberse cumplido aún dos meses de mi vuelta, me siento como una extraña en mi propia tierra. ¿Que cómo echo tanto de menos Dublín? Porque allí he sido más libre y feliz que en los últimos años vividos en Madrid. Y ya sabemos que la memoria humana tiende a retener y guardar aquellos últimos recuerdos y vivencias que más nos han hecho felices de los últimos años. Yo todavía debo andar en el proceso de volver a engancharme al carro de la felicidad española que tan lejos me queda en el recuerdo. 
Porque viví con mi novio más de un año y medio en un pisito de aquel  inquietante 'chinatown'.
Porque conseguí un trabajo en el extranjero en 22 días.
Porque hice compañeros de trabajo, algo nuevo para mí.
Porque era la primera vez que me felicitaban por hacer muy bien un trabajo que en la vida había imaginado poder hacer.
Porque conseguí poder expresarme en otro idioma que no fuera castellano. 
En Dublín me sentía grande en una ciudad muy pequeña. En Madrid me siento muy pequeña en una ciudad cada vez más grande.
En Madrid la vida anda a cámara lenta. Especialmente si tienes que empezar de nuevo de la nada más absoluta. Una nada que pasa por hacerse lo antes posible con dos cosas: un lugar en el que vivir y un trabajo con el que ganarse el pan. He tardado casi un mes en encontrar un piso para vivir. De lo otro no he hecho más que empezar. Dos semanas mandando centenares de currículums y los que me quedan. Y a esperar. La tarea quizá más dura y difícil.
El otro día una conocida me dijo que mi vuelta a España había sido un suicidio. Dos veces me lo dijo. Pero la decisión de volver ya fue tomada hace tiempo y de nada sirve vivir entre lamentos. No queda otra que ante el panorama laboral que se me presenta agarrar el toro por los cuernos y tratar de encontrar un trabajo lo antes posible.
Después de todo, es en en las crisis donde, dicen los que más saben, hay que sacar todo el ingenio.




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