Matilde Tarquis dio clases de piano a mi madre en Tánger cuando ésta era una niña, para después marcharse a vivir a Canarias. Mi madre siempre se ha pasado la vida contándome sus clases de música con Matilde. Y yo me he pasado la vida preguntando a mi madre si tenía intención de ir a verla. Como esas películas en las que el protagonista cruza medio mundo para dar una sorpresa a otra persona años después de haberse conocido. El jueves pasado, día 4, me vino a la mente la tal Matilde, que tan buena referencia fue para mi madre y le dije que a ver si un día iba a Canarias a verla, que como dejara pasar más tiempo la mujer se moriría. Mi madre contestó muy segura, ‘si Matilde se hubiera muerto, ya nos hubiéramos enterado’. No señor, no nos enteramos. Matilde murió el día 1 con 91 años y mi madre ni yo ni nos enteramos. Maldito sarcasmo el mío. Y malditos seamos todos por pensar que esta vida en la tierra es para siempre.
¿Foto?: Mi madre, al piano
¿Foto?: Mi madre, al piano
1 comentario:
Pues es una pena. Pero es lo que pasa SIEMPRE con esas personas con las que pierdes el contacto (no que se mueran, sino que pierdes definitivamente el contacto...)
P.D. ¿Seguro que esa niña de la pintura es tu mami? ;D
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