La vida está llena de detalles curiosos. Uno de ellos me lo ha recordado mi santo esta misma mañana… Resulta que ayer por la tarde, que yo salía de mi jornada laboral, él vino a verme después de mi trabajo. Y este mañana he sido yo la que he ido a Madrid a tomarme un desayuno con él después de su jornada de trabajo. Ya veis, la chica trabaja durante el día… y el chico durante la noche. Cuando el chico sale de su trabajo, la chica acaba de empezar el suyo. Como aquella película de los ’80 donde una pipiola Michelle Pfeiffer y un pipiolo Rutger Hauer se pasaban casi hora y media de metraje intentando alimentar su amor, tarea casi imposible porque un obispo malvado les había lanzado un hechizo por el cual ella sería un halcón durante el día y él un lobo durante la noche. Así nunca podrían ‘coincidir’ en forma humana. Menos mal que por allí pasaba un chavalín llamado Matthew Broderick, que al final consigue ayudar a Rutger a deshacer el maleficio para que ambos amantes, Isabeau y Navarre, estén juntos para siempre. Si en una película se obró el milagro, quizá en la vida real también tengamos que llamar a Matthew para que obre el nuestro y nos deje vernos más que cinco minutos al día.
¿Foto?: Loidy Halcón
¿Foto?: Loidy Halcón
2 comentarios:
Voy a tener que ver esta película, que sin duda definirá una etapa de mi vida. Y espero poder darte muchos besitos mientras la vemos juntos, habiendo dejado atrás la "maldición"...
:-)
Desde luego, esta película es recordada con mucho cariño por todos los que la vimos de chavales, y es que Lady Halcón lo tenía todo y en su justa media: amor, aventuras, algo de humor... que gran película
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