El viernes por la noche me acosté entre rayos, truenos y lluvia. Unas cuantas horas más tarde me levanté y una blanca blanquísima espesa nieve cubría todo Dublín. Y creedme, Dublín cubierta de nieve está bien coqueta, mucho mejor que con las interminables lluvias.
3 comentarios:
¡Qué bonitas han quedado las calles! Mucho mejor así que "normal", jaja!
Supongo que al final apareción el cargador por ahí, ¿no?
Muchos besitos, crepecilla mía.
Sí, tres días después y los mismos enclaves siguen hasta arriba de nieve. ¡No deja de caer! ¡Voy a morir enterrada en Russell Avenue!
¡Qué bonitas postales! La nieve es maravillosa, encantadora, jovial, entrañable... y blanca! ¡Pero dejémosla ahí! Si acaso, un fin de semana para disfrutar de su candor pasajero!
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