El sábado pasado vimos al Gran Wyoming cenando en un restaurante en pleno Temple Bar. No es broma. Hay tres pares de ojos que lo confirman. Primero los de Javi. Despúes los míos, utilizando la táctica de echar un ojo al menú a través del cristal. Después mi santo, que con eso de que por la noche no se suele poner gafas, tuvo que acercarse tanto que si extendiera un brazo invisible (y traspasara cristales) abrazaría al propio Wyoming.
¿Por qué cenaba el Gran Wyoming en Dublín un Guiness Stew pudiendo tomarse unas bravas en La Latina?
¿Es que se está preparando para presentar un programa de humor para reírse de los irlandeses y dejar El Intermedio?
¿Y quiénes eran esos acompañantes con los que no paraba de empinar el codo?
¿Y qué hacían dos señores ocho horas más tarde paseando caballos por la acera que conduce a mi trabajo? ¿Tiene algo que ver con Wyoming?
Qué de preguntas sin respuestas. Llamemos a Mulder y Scully.
¿Foto?: El susodicho
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